La tecnología es en estos momentos algo imprescindible en los negocios y en nuestras vidas. Cada vez está más extendida, es más fácil de utilizar y está al alcance de todos. Nos hace la vida más cómoda y la gestión de las empresas más eficiente.
Pero esa sencillez de uso contrasta con lo complejo que es entenderla. Su comprensión solo está al alcance de expertos.
Esta tecnología genera nuevos e importantes riesgos. Conocer y gestionar estos riesgos no es un trabajo exclusivo de técnicos en informática. Son muchas las personas que deben intervenir para garantizar la seguridad de la información. En unos casos autorizando presupuestos económicos, en otros implantando medidas técnicas, desarrollando procedimientos, formando al personal, elaborando planes de continuidad de negocio, etc.
Difícilmente puede un dueño, directivo o administrador de una empresa realizar correctamente sus funciones si no tiene un conocimiento básico sobre esta materia.